Don_Chinasky

Imagine que usted, ahora, mientras está leyendo este articulo, cae muerto. Asi, directamente, ataque al corazón. E inmediatamente llegás a tu escuela secundaria, donde un grupo de amables cineastas asesores te explican que tienes tres días para elegir un recuerdo de tu vida. Un recuerdo que ellos van a filmar, recreándolo para ti. Un recuerdo con el cual tu vas a pasar...toda la eternidad. Todos los demás se pierden. Que recuerdo elegirías?

Ganadora a la mejor película, al mejor guión, y el premio Fipresci de la crítica en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires , "La vida después de la muerte" muestra el talento y las obsesiones del director japonés Kore-eda, potenciadas en sus planos abiertos sin movimiento, en cada recuerdo, en cada relato de esos muertos -que en etapa de preproducción, llegaron a sumar más de 500 testimonios-. La memoria, el olvido, la construcción de la personalidad en base a recuerdos es para este director un tema que lo atrapa, explicado por el mismo como testigo de las pérdidas de su abuelo durante su infancia, aquejado por el mal de Alzheimer y con el cual comenzó su carrera en televisión en 1996 con el programa "Sin memoria" donde rastreaba a un hombre que perdía la memoria luego de un accidente. En el plano internacional, Kore-eda se insinúa como un director para tener en cuenta.

Filmada en 16 milímetros "After Life" tiene un agradable aroma colegial antiguo. A pasado...Una mezcla de documental, con reportajes donde se mezclan actores y personas verdaderas, todos tratando de elegir ese momento glorioso digno de recordarse durante su estadía en el cielo.

La banda de los recién muertos pasan los tres días recordando y eligiendo. Un viejito con mala memoria es ayudado por sus 71 cassettes en video, uno por cada año de vida, a elegir con cual quedarse. Un piloto esquivando balas en su avión, una chica que canta y recita aplaudida por los mayores. Diferentes momentos, placenteros, infantiles, lúdicos. Después de los tres días, las filmaciones comienzan, se hacen los improvisados sets -graciosos por momentos- y la cámara empieza a rodar.

Es una idea más que original con momentos logradísimos. Aunque por momentos se extienda un poco mas de lo necesario -o aconsejable-. Dulcemente, esta nueva vida que comienza, interroga a los que se van de este mundo, por sus recuerdos. Y a nosotros, sus vivos espectadores, por los nuestros.